soñando pradoluengo
Siempre con la vista del Oropesa a nuestra derecha, partimos por una pista asfaltada construida sobre el antiguo camino de San Antonio.
Transcurrido 1,5 km, continuamos por el camino que surge a nuestra derecha y llegamos a la confluencia del Oropesa con las aguas del arroyo Acebal.
Desde aquí ascendemos por el camino que se dirige hacia el cortafuegos. A pocos metros lo abandonamos para tomar el ramal de la derecha que discurrirá alternativamente a uno y otro lado del río Oropesa.
La abundancia de agua nos permitirá disfrutar de la presencia de diversas especies de anfibios, que junto con las truchas y la nutría, serán excelentes indicadores de la pureza de los cauces y lagunas cercanos.
Las laderas que flanquean el recorrido están cubiertas por extensas masas de pinares que albergan especies cinegéticas como el corzo, el ciervo o el jabalí y otros animales como el corzo, el ciervo o el jabalí y otros animales como el azor, el ratonero, el cuco, las pequeñas aves insectívoras, el gato montés, la ardilla, el zorro o el lobo.
Poco a poco se va cerrando el valle, ganando en espectacularidad y belleza, a lo que contribuyen los magníficos hayedos. Finalmente, tras una suave ascención, llegaremos a nuestro destino, el “Nacedero”, donde se sitúa uno de los manantiales de los que se nutre el río Oropesa.